El Ayuntamiento de Teba se dirige poco a poco hacia la recuperación de todos los eventos que conforman el calendario cultural del municipio. Despacio y a compás, nuestro pueblo volverá a acoger una nueva edición, la tercera, del Festival de Flamenco “La Bambera”. Una cita que vuelve con mucha fuerza tras la suspensión de la misma durante el año anterior por la situación sanitaria en la que nos encontramos.

El evento que se celebrará el próximo sábado 20 de noviembre de 2021, cuenta con la colaboración inestimable de la Peña Cultural Flamenca “La Bambera” y se celebrará en el Salón de Actos del C.E.I.P. Ntra. Sra. Del Rosario. Sala que cada noviembre se transforma en un auditorio improvisado preparado para recibir a las más destacadas figuras del flamenco.

Otro otoño vuelve el flamenco a Teba y vuelve dentro de ese cuidadoso trabajo de reintroducción de la cultura y los espectáculos en estos tiempos de pandemia. En esta edición contará con un impresionante elenco de artistas. Antonio Reyes, cantaor chiclanero criado en el seno de una familia de tradición flamenca y consagrado en el mundo flamenco como un príncipe del cante y poseedor de una de las voces más puras de su generación; su hermana, Remedios Reyes que, aunque siempre cultivó el cante y el baile, comenzó profesionalmente como bailaora, actuando en las compañías de Sara Baras y Manuel Morao. Hoy en día la voz de Remedios destaca en los cantes más tradicionales del flamenco, como la soleá, la siguiriya, el taranto o la bulería. Alonso Núñez, Rancapino Chico, hijo del gran Rancapino y de Juana Fernández, representa el penúltimo eslabón de la cadena de una saga familiar legendaria. Cantaor desde niño, artista fiel a sus principios y continuador de los cantes de su tierra, Alonso se ha convertido en uno de los cantaores imprescindibles del flamenco. Su cálida voz, un enorme sentido del ritmo y una afinación prodigiosa le han llevado a ocupar un lugar privilegiado del cante. Y Manuel González Cabrera, Rubito de Pará Hijo, hijo del cantaor que lleva su mismo apodo, Rubito de Pará, motivo por el que desde muy niño se inicia en el arte flamenco, obteniendo con sólo 16 años el Primer Premio de Saetas que organizaba la Peña Torres Macarena. De voz portentosa, gran conocedor de los cantes, lo que le hace ser un cantaor largo.

Junto a los cantaores y cantaora, estarán al toque, Antonio Cáceres, pontanés formado en el conservatorio de Córdoba con grandes guitarristas como Paco Serrano. Guitarrista de la escuela cordobesa, de fuerte pulsación. En 2001 obtiene el Primer Premio de guitarra solista en el concurso de jóvenes Flamencos de la Diputación de Córdoba, y un año más tarde gana también el concurso de Alhaurín de la Torre. Diego Amaya el “Jerezano Cordobés” guitarrista especializado en flamenco; hijo del cantaor Rafael Farina y de la bailaora La Pillina se decidió profesionalmente por el camino de en medio: rehusó el cante y el baile, y a los cinco años ya sostenía una guitarra entre las manos. Y el guitarrista jerezano Antonio Higuero, que ha conseguido posicionarse en un lugar importante dentro de la guitarra flamenca. Acompañante oficial de José Mercé, tras el fallecimiento de Manuel Moreno Junquera “Moraito”, se define como un “gran aficionado al cante”, hecho que le hace respetar de sobremanera al cantaor a quien le aporta confianza y emoción en el escenario.

ENTRADAS

El Festival que comenzará a las 21:00 horas del sábado 20 de noviembre en el Salón de Actos del Colegio de Primaria Nuestra Señora del Rosario, abrirá sus puertas a las 20:00 horas para comenzar a acoger y acomodar a su público.

Las entradas están disponibles desde hoy viernes en el Ayuntamiento de Teba y en la Peña Flamenca «La Bambera» y tendrán un coste único de 5 euros.

LA BAMBERA

Vecino/as de Teba aún recuerdan cuando se colocaban largas cuerdas en las calles más estrechas de ventana a ventana, originando columpios en los que se entonaban «las bambas». La bambera surge del aflamencamiento de las coplas y estos cantos de columpio muy presentes en el folclore andaluz, cantados en un mecedor. La tradición del canto del columpio tiene su origen, en opinión de algunos autores, en el rito femenino de adoración a la luna, en el que los hombres empujan el columpio a fin de acercar a la mujer al astro.