El Ayuntamiento de Teba manifiesta su compromiso con la defensa de las movilizaciones populares y laborales del Día del Trabajador
Los derechos de los trabajadores de este País deben ser lo primero. Nada debería importar más a nuestros gobernantes, sindicalistas y compañeros. Y tras dos años de parón en lo que respecta a las manifestaciones del Día del Trabajador, este 2022 debemos volver a salir a las calles para reclamar y defender derechos laborales.
Los trabajadores del metal de Cádiz nos recordaron el camino. Sin reclamaciones, no hay derechos. Sin organización obrera, tampoco. La huelga del metal en Cádiz, tras 9 días, supuso la consecución de un nuevo convenio para el sector, que sigue en diálogo; a día de hoy, a través de la organización colectiva, una subida salarial del 2%, renovación y reparto del empleo; una comisión para impulsar planes de igualdad en las empresas, el derecho a un permiso retribuido de formación profesional para trabajadoras, con al menos 1 año de antigüedad.
El movimiento obrero y las fuerzas sindicales deben continuar la labor de dotar de derechos a los trabajadores y trabajadoras de este país. Se debe conseguir una igualdad salarial por razón de género, evitando, de igual forma, salarios más bajos en sectores feminizados. Los actores políticos de España deben tomarse en serio las políticas de conciliación de la vida personal y laboral.
Paralelamente, debemos abordar los elevados datos de desempleo juvenil y procurar que las jóvenes desempleadas y/o precarias tengan acceso a un trabajo digno. Se debe invertir el modelo productivo para que las condiciones de empleabilidad ganen en calidad.
Otro drama a abordar es la elevada cifra de accidentes laborales, muchos de ellos mortales. La promoción de un entorno de trabajo seguro, con la puesta en marcha de políticas activas y la financiación de proyectos preventivos que doten a las trabajadoras y trabajadores así como al propio entorno de trabajo.
En este marco, hay que procurar que la normativa laboral avance en un recorrido de recuperación de derechos y que, sobre todo, se emprenda una vigilancia en el cumplimiento de tales medidas.
El empleo debe ser el principal objetivo de nuestra sociedad: sindicatos, patronales y gobiernos. Además, la actualización del nivel de vida y de los salarios es la principal garantía del paulatino empobrecimiento de las familias en España.
Desde mediados de 2021 se viene produciendo una aceleración de la inflación, tanto en España como en la Eurozona, ligada a la subida de la energía y de los productos de alimentación, mientras los salarios pactados moderan su subida, lo que pone de manifiesto que las trabajadoras y los trabajadores y la negociación colectiva no han contribuido a la subida de la inflación, sino más bien corresponde a la subida de precios empresariales para recomponer sus márgenes de beneficios.
La fuerte presión inflacionista de la energía, a la que se suman los efectos de la guerra de Ucrania, se está extendiendo a los bienes y servicios fundamentales perjudicando en mayor medida a los hogares con menores ingresos. Es urgente tomar medidas eficaces para frenar la subida de los precios que empobrece a la clase trabajadora.
El empleo, digno y de calidad, como escudo ante el actual sistema económico. Es imprescindible garantizar el poder adquisitivo de los hogares, especialmente de aquellos con menos recursos, de ahí la importancia de las subidas del SMI y de las pensiones referenciadas al incremento del coste de la vida, en un momento en el que elementos básicos de la cesta de la compra como la electricidad, los carburantes o los alimentos registran fuertes subidas de precios, empeorando las condiciones de vida de la población.